Repsol: buscando su rumbo

Centrada en el refino, Repsol es una empresa atípica dentro del panorama europeo, que tiene grandes dificultades para incrementar su negocio en las áreas de exploración y producción. Numerosos artículos han tratado, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras, la problemática de la hispano-argentina. Aquejada de multitud de problemas -de forma más o menos continuada en Argentina y más recientemente en Bolivia- Repsol no tiene, en estos momentos, un patrón definido de crecimiento.
El negocio de exploración y producción es el que más cash flow genera al grupo. A pesar de ello, las mejoras en el resultado del grupo en esta área han venido recientemente más ligadas a la variación en los precios del crudo que al propio crecimiento orgánico de la petrolera.
El área en el que mayor conocimiento y especialización acumula Repsol es en el de refino y marketing. Sin embargo, en 2006 esta área disminuyó su ebitda un 20,8 % debido a la disminución de los márgenes de refino. Este resultado, junto con otros dispares registrados en otras áreas como la de química o electricidad y gas demuestran que la coyuntura de precios de los productos y subproductos que Repsol elabora afectan de forma determinante a los resultados de cada una de las áreas, más incluso que posibles crecimientos en la demanda o el propio crecimiento orgánico.
Por todo ello, aunque la petrolera mantiene unos buenos resultados, bastante estables en general, la bondad del año, desde el punto de vista de resultados económicos, la marca el precio del crudo y otras variables exógenas que la petrolera no controla directamente.
En todo caso y a pesar de su menor importancia en términos económicos, el área de refino y marketing es la más interesante de cuantas desarrolla Repsol. Con una posición envidiable en España, con plantas de refino bien localizadas y una red de estaciones que en España alcanza las 3.606 estaciones, el área de refino y marketing, en 2006, alcanzó a nivel de grupo en todo el mundo un ebitda de 2.640 millones de euros.
Desaparición de la acción de oro
El ejercicio 2006 parecía presentarse como decisivo para la petrolera. La desaparición de la «acción de oro», junto con un precio alto del petróleo parecía sugerir una revalorización segura del valor. Sin embargo, a final de año, la petrolera sólo consiguió revalorizarse en el conjunto del año un 5 %.
Lo único claro es que, desde que expirara la «acción de oro» que el Gobierno mantenía sobre la petrolera, los rumores sobre la posibilidad de que pudiera ser opada han sido constantes. De hecho la acción llegó a sufrir un «rally» alcista que la llevo a máximos en noviembre del año pasado. Sin embargo, la posterior entrada de Sacyr en el capital de Repsol, que ya alcanza un 20 %, ha restado cierto atractivo a la compañía, puesto que ha cortado, al menos temporalmente, cualquier posibilidad de operacion corporativa.
La tónica es que Repsol encuentra, en general, enormes dificultades para conseguir beneficios por encima de lo esperado que puedan sorprender a los analistas. Al contrario, las últimas experiencias recientes -problemas en Bolivia, Argentina, cambio de las reservas contabilizadas por los auditores- han mermado la confianza de los mismos. Curiosamente, una de las revisiones a la baja de las reservas realizada por los auditores que las situaron en un 25 % por debajo de lo que se creía hasta el momento coincidió en el tiempo justamente con la desaparición de la «acción de oro».
Tras la desaparición de la «acción de oro», y sin la providencial llegada de Sacyr, el único blindaje que hubiera tenido la petrolera en España habría sido su propio valor en bolsa. En ausencia de esta circunstancia y a pesar de que el presidente de Repsol, Antoni Brufau, ha empeñado todo su esfuerzo desde que llegó al cargo en incrementar la capitalización, Repsol difícilmente se hubiera visto ajena a la oleada de fusiones y adquisiciones que se vive. De hecho, buena parte de las multinacionales petroleras han solicitado el asesoramiento de consultores externos que evalúen los pros y los contras de la absorción. Tanto Eni como BP ya tienen importantes negocios en España y, según fuentes del mercado, podrían haber sondeado en algún momento durante el último año la posibilidad plantear algún tipo de operación corporativa sobre Repsol.
Venta de YPF
Ahora, Repsol tiene una gran ocasión de cambiar el rumbo estratégico de la empresa con la venta inicial de un 25 % de su participación en YPF a un socio argentino -probablemente Enrique Eskenazi– y la posterior venta de un 20 % adicional a inversores particulares en la bolsa. Las valoraciones por el 25 % YPF varían entre los 2.500 y 3.500 millones de euros. El mercado ha acogido bien la noticia y en el último mes Repsol acumula una revalorización superior al 10 %. El capital procedente de la desinversión le da a la petrolera española una magnifica oportunidad para crecer. Además, si posteriormente vende como tiene planteado otro 20 % adicional, Repsol podría obtener en total una liquidez de entre 4.500 y 6.300 millones de euros que le permitirían lanzarse a realizar alguna compra en el mercado. Sin embargo, debido al reducido tamaño de la petrolera es complicado encontrar oportunidades de compra de empresas petroleras de tamaño similar y digeribles. En caso de no encontrar ninguna oportunidad a nivel internacional, otra alternativa sería participar en la actual reordenación del sector energético.
En todo caso, la venta inicial de un 25 % de YPF comienza a liberar a Repsol de una compra, la de YPF, que le ha causado muchos problemas y que no se ha llegado a rentabilizar. Es mas, es una oportunidad única para realizar un cambio estratégico que permita a la petrolera española poder encontrar su rumbo.