Cadena de favores

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Recomendación para el fin semana, para aquéllos que no lo hayan podido ver. Intenten ver “Cadena de favores”, una película en la que un niño imagina un curioso sistema para mejorar el mundo; hacer favores incluso antes de que los devuelvan. Es decir: no devolver favores, sino pagarlos por adelantado, y no necesariamente a quien te los hizo a ti. Para sorpresa de todos, esta desinteresada propuesta causa furor entre la gente. Este fue el modelo de generación de plusvalía en las promociones de energía solar fotovoltaica
Aunque hubiera podido parecer que la cuestión relativa a la modificación de los parámetros que determinan la retribución y las primas a las instalaciones fotovoltaicas podría haber estado resuelta tras el ‘continuum’ de votaciones en las Cámaras, como venimos informando en Energía Diario, esto no es así. Volvemos a estar en una negociación abierta, mejor dicho, reabierta, cuya palanca, cuyo estilete de reapertura son ahora las presiones del grupo parlamentario catalán de CiU, dado que en un primer momento, Industria había cerrado las presiones de las Comunidades Autónomas socialistas con mucho interés en este sector como Castilla La Mancha, Andalucía y Extremadura.
En primer lugar, hay que señalar que el ajuste que introdujo el Real Decreto Ley, primeramente, es muy moderado. Tan moderado, que los estudios de rentabilidad de las instalaciones afectadas aumentan ligeramente la misma aplicando lo establecido por el 14/2010, dado que la limitación de horas en los parámetros implantada es sólo para dos años y el aumento la vida útil en tres, descendiendo los costes variables y su amortización, produciendo mayor efectos generosos en la matemática financiera.
Por otra parte, hay que recordar que los estudios de rentabilidad de esta tecnología tenían previsiones de límites de retribución, aunque finalmente no se aplicaron en el R.D. 661/2007, verdadero origen de todo este desaguisado. En todo caso, parece que es posible que pueda suceder la paradoja de que un supuesto recorte, a largo plazo, suponga una destrucción creativa.
Si a estos pseudoajustes se añade el hecho (reconocido en privado) de la existencia de un número importante de instalaciones que no estaban completamente montadas en el momento de su acta de puesta en funcionamiento –algo que aunque legal y técnicamente no es posible, en la realidad sí ha pasado- y cuya inversión se ha ido efectuando con posterioridad, las rentabilidades aumentan notablemente, dado que se han beneficiado de la caída de los costes de inversión por la mejora en la tecnología. Así, estudios efectuados sobre instalaciones reales elevan y revelan que estas rentabilidades, en esos casos, están por encima del 14%.
Sin contar, además, con el problema de las repotenciaciones, que en muchas Comunidades Autónomas se han tratado como modificaciones menores y que Industria quiere abortar, requiriendo a las Comunidades Autónomas información obligatoria de las mismas en la Orden Ministerial de tarifas para que sean comunicados al Ministerio (las repotenciaciones suponen la instalación de más placas en una instalación o de placas de mayor potencia en sustitución de las antiguas, beneficiándose de las condiciones retributivas que tuvieron en el momento de su acceso a la misma).
En todo caso, a la vista de todo este Patio de Monipodio, estas son rentabilidades a las que hoy, en el sector energético, no se asoma en sus distintas actividades y tecnologías por ninguna vía. Mientras la retórica que rodea a esta negociación es enormemente agresiva y desproporcionada.
Y, lo que vuelve a poner de manifiesto esta situación son los efectos del modelo de promoción y el escandallo (en algún caso, también el escándalo) que han supuesto las promociones de instalaciones de energía solar fotovoltaica en nuestro país, unido a la cantidad de agentes involucrados en sus trámites, configurando una larga cadena de favores, cuyo problema es que no se pueden devolver, en cuanto el retorno de la inversión se alargue en el tiempo o se aplace un poco, aunque sea de forma muy moderada.
Proyectos que han ido a acabar como activo financiero para entidades que adquirieron y financiaron estos proyectos y que incluso se han llegado a ofertar como rentas cuasi vitalicias, retribuidas en la banca privada. Dichos proyectos llegaron a las mismas después de un intenso flujo intermedio de permisos, accesos, etc…, que distribuyó concienzudamente la ganancia del plan, en un negocio que era de rentas seguras y sustanciosas. Ha aparecido, por tanto, un tipo de rentista que está al final de esta cadena y que opera con márgenes de rentabilidad reales muy estrechos y consumidos por esta cadena de favores y su apalancamiento como último eslabón.
Además, en paralelo, hay un movimiento al que se ha unido, últimamente, el Defensor del Pueblo pidiendo más energía fotovoltaica en el futuro. Es dudoso saber si el Defensor del Pueblo tiene entre su misión constitucional opinar sobre esas cosas. Eso nos llevaría a plantearnos su opinión sobre cuánta nueva potencia solar y de otras tecnologías se necesitaría. Pero si cada MW/h de fotovoltaica tuvo una retribución en 2010 de 470€, habrá que pensarse cuánta, en qué condiciones y si lo paga la tarifa, se puede seguir implantado en el futuro. Eso y la manera de achicar y recortar esa cadena de favores.