Elcogas, mon amour

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La realidad energética del verano en España se ha visto sobresaltada por la decisión de cierre de Elcogas, confirmada por su Consejo de Administración este martes. La cadena de  reacciones no se ha hecho esperar elevando, nuevamente, la temperatura en las relaciones entre el nuevo Ejecutivo castellano manchego que preside Emiliano García-Page (un gobierno del PSOE con apoyo de Podemos) y el Gobierno, con el Ministerio de Industria, enfrente.

Se suma esta polémica, a la también muy reciente (y todavía no resuelta, con los mismos protagonistas) respecto al enclave del Almacén Temporal Centralizado en Villar de Cañaas (Cuenca) y en el que la Junta está poniendo toda la carne en el asador para obstaculizar al Ministerio de Industria, echando por tierra los acuerdos previos entre socialistas y populares en esta cuestión.

La instalación de Elcogas es una de las instalaciones afectadas por el proceso de revisión retributiva instrumentado en el ámbito de la llamada “reforma eléctrica”. Elcogas viene operando desde finales de los noventa, como un ciclo combinado que funciona con carbón y con gas de  forma intercambiable, siendo una instalación que es una verdadera innovación tecnológica, teniendo carácter de no convencional en Europa.

Los críticos con este modelo señalan que se trata de una instalación demasiado grande para ser experimental, lo que encarece el riesgo, el coste y su mantenimiento, si se pretende su continuidad integrada a esos volúmenes en el sistema eléctrico.  Y, al mismo tiempo, en términos de paridad, claramente, la instalación no es competitiva a precios de mercado.

En este sentido,  parece claro que, tarde o temprano, esta contradicción tenía que resolverse de alguna manera. De hecho, periódicamente, el modelo retributivo de Elcogas era revisado por los órganos reguladores independientes para ir buscando fórmulas, absorbiendo sus pérdidas. Se acabó la clemencia.

En términos políticos, la cuestión está abierta abierta. El PSOE de Castilla-La Mancha que ha puesto la maquinaria a funcionar promoviendo a través del grupo parlamentario socialista en el Congreso para que los Presupuestos Generales del Estado 2016 reconozcan el “hecho diferencial” de Elcogas, estableciendo una retribución específica (lo que quiere decir, mejorada) y, de paso, acallar las lógicas reivindicaciones que provienen de la comarca de Puertollano.

Por su parte, el Partido Popular de Castilla-La Mancha, con sus declaraciones tampoco se lo pone bien al Gobierno, apelando al argumento de que “con Cospedal vivíamos mejor y esto no hubiera pasado”. Y, de hecho, el Ejecutivo se ha atrevido a dejar caer Elcogas, una vez que Cospedal ha dejado de ser presidenta de Castilla-La Mancha. De hecho, la ex presidenta intervino directamente con el Ministro Soria, al menos una vez, durante su mandato para evitar el cierre de la planta. Por tanto, desde las instancias políticas del Partido Popular, también se cree en el hecho diferencial mejorado.

Y, realmente, lo que falta es determinar de una forma global e integral, qué cuestiones entran en la tarifa, cuántas cuestiones se sufragan y qué tecnologías precisa nuestro país con cifras serias de evolución de la demanda, pues realmente Elcogas en términos cuantitativos es bisutería retributiva con respecto a todo lo demás. Y, por eso, bien mirado, todos los hechos diferenciales se deberían anotar desde los PGE y no desde la tarifa. Y, ahí es dónde se acaba todo el atrevimiento.